Vivo con un pariente del caos
y de la destrucción.
Portador de la ira y la locura.
Narcisista con boca de serpiente
y palabras desmotivadoras,
que te hacen insignificante al resto.
Con el cuello en alto y mirada de Ego.
Disciplina militar para curtir su amado cuerpo.
Para así ocultar la oscuridad en su alma
y lo podrido que está su corazón.
El es descendiente de Lucifer.
Criatura bella y perversa caída del cielo
para ser el rey del Averno.
Que parece ser que es donde yo habito.
Tortura, maltrato, caos,
pena, locura y espantos.
Una lotería que me prohíbe subir a la tierra
y menos aún al cielo.
Ya que cada día me arranca
una pluma de lo que fueron mis alas.
Se ríe de mis desgracias
y no escuchas mis penas.
Me absorbe, puta vil sanguijuela
mi oro, mis cosas y mi alegría.
Yo intranquilo cada día
con lo que vaya a encontrarme.
Porque nunca sabes qué sacrilegio
la bestia va a contarme.
Ser desenfrenado,
que hace todo a su antojo.
Sin mirar por el resto,
solo para él y su puto ombligo.
Pero sí, del interés es amigo,
pues así podrá sacar tajada
No sé cuánto aguantaré,
si todavía queda algo de mi
en esta jaula.
Tiritan mis huesos
de insomnio contenido,
al no poder compartir
más mi espacio contigo.
Vivo:
maltratado por mis pensamientos,
dañado por mis no actos,
apuñalado por ti
que creía eras como un hermano.