Sandy era una amante de la gastronomía
y su marido estaba siempre a la orden del día.
Este se informaba constantemente en la web
sobre el machismo, el feminismo y el panorama LGTB.
Sandy decidió confesarle a su marido:
-Me gusta cocinar y tejerme mis vestidos.
-Pero, cariño, eso es un trabajo muy heteropatriarcal
todos lo dicen en Facebook, en el Twitter e Instagram.
La sociedad ya está cambiando
y tú puedes aspirar
a domadora de leones, a bombera o militar.
Quítate ya esos tacones y no te depiles más.
Ponte la camisa a cuadros que te queda más neutral.
Déjate de tonterías y de cosas tan banales
y ponte ya a denunciar los acosos sexuales.
-Pero Paco, yo solo quiero…
-No me vengas con los cuentos,
te han lavado la cabeza esos machistas cisgénero.
Sabes que como mujer conseguirás cualquier cosa
gracias a tu impresionante inteligencia propia.
Lo que hagas con tu vida solo tú has de decidirlo,
pero tienes que saber que no hay nada tan sencillo.
Y es que si te lo propones
podrías hasta lograr
llegar a ser presidenta de un partido liberal.
Acabar con el patriarcado
y la diferencia salarial,
e incluso llegar a hacer
que las mujeres cobren más.
Tu condición minoritaria
te debería impulsar
a luchar por lo importante:
el feminismo y la igualdad.
Y no pretendo cambiar
tu forma de pensar
porque siendo una mujer,
eso estaría muy mal.
Solamente te aconsejo
porque pienso que ya es hora,
que estudies una carrera
y dejes las cacerolas.
Calandras